En mi anterior post, escribí acerca de los niños solos y de las madres que eligen tener hijos ellas solas, sin mantener una relación de familia, (papá, mamá e hijos). Para dar una explicación más amplia al respecto quiero añadir que a estas “nuevas” relaciones, Virginia Satir las llama “Familias Especiales” – Familia de un solo padre - (Relaciones Humanas en el núcleo familiar, Edit. Pax México).
Las familias de un solo padre son de tres tipos: uno en el que el padre ha abandonado a la familia y el que queda no se casa de nuevo, el segundo cuando hay un padre y un hijo legalmente adoptado, y el tercero, es el de la madre soltera que mantienen a su hijo.
Se puede dar el caso y es fácil caer en ello, que la madre transmita mensajes negativos acerca del ausente, particularmente cuando ella tuvo experiencias dolorosas y negativas del compañero. Si es el caso, tendrá un efecto sobre el hijo varón, que encontrará muy difícil aceptar que la hombría es buena. Si él no puede sentir que la hombría es buena, ¿cómo puede sentir que él es bueno? La hija tiene la desventaja de que será difícil para ella entender que el hombre sea deseable, y por consiguiente, a menudo tendrá una imagen distorsionada de lo que son los hombres.
El niño en la familia de un solo padre, no tiene la oportunidad de experimentar una relación funcional entre hombre y mujer, por lo que crecerá sin el modelo de lo que esto significa.
En las familias donde la mujer ha quedado sola, es demasiado fácil que la madre ponga al hijo mayor en el lugar del esposo, desviando así sus papeles de hijo y de hermano. Una cosa es pedirles a los hijos, dependiendo de la edad, ayuda, y otra es proceder (inconscientemente) con ellos a que asuman el papel de papá de tiempo completo.
Por supuesto que se da el caso también de mujeres que asuman una actitud saludable de aceptación hacia los hombres y sean lo suficientemente maduras como para no transmitir a sus hijos mensajes negativos sobre el sexo masculino.
Otro gran riesgo que puede tener la mamá es que mime demasiado a sus hijos y éstos vayan teniendo una imagen distorsionada de los sexos, dándole a uno poder, y al otro, quitándole toda valía. Frecuentemente, el varón siente la necesidad de acompañar y cuidar a la madre en su desamparo, colocándolo en una situación donde se ve imposibilitado para vivir una vida independiente. Muchos jóvenes reaccionan ante esto quedándose al lado de la madre por tiempo indefinido, o bien se rebelan y abandonan el hogar con la idea de que las mujeres son sus enemigas, acabando ya sea por maltratarlas o adorarlas, echando a perder así sus vidas. Una familia de un solo padre resulta básicamente incompleta, aunque la madre hará todo lo posible por compensarlo.
La hija de una familia de un solo padre puede adquirir un enfoque distorsionado sobre las relaciones hombre-mujer. Puede convertirse en una chica servil – dando todo sin recibir nada – hasta sentir que todo lo tiene que hacer ella misma.
Creo que para mis lectores imaginarios estas líneas de Virginia Satir ampliaron el tema que traté en el post pasado. Espero.
Las familias de un solo padre son de tres tipos: uno en el que el padre ha abandonado a la familia y el que queda no se casa de nuevo, el segundo cuando hay un padre y un hijo legalmente adoptado, y el tercero, es el de la madre soltera que mantienen a su hijo.
Se puede dar el caso y es fácil caer en ello, que la madre transmita mensajes negativos acerca del ausente, particularmente cuando ella tuvo experiencias dolorosas y negativas del compañero. Si es el caso, tendrá un efecto sobre el hijo varón, que encontrará muy difícil aceptar que la hombría es buena. Si él no puede sentir que la hombría es buena, ¿cómo puede sentir que él es bueno? La hija tiene la desventaja de que será difícil para ella entender que el hombre sea deseable, y por consiguiente, a menudo tendrá una imagen distorsionada de lo que son los hombres.
El niño en la familia de un solo padre, no tiene la oportunidad de experimentar una relación funcional entre hombre y mujer, por lo que crecerá sin el modelo de lo que esto significa.
En las familias donde la mujer ha quedado sola, es demasiado fácil que la madre ponga al hijo mayor en el lugar del esposo, desviando así sus papeles de hijo y de hermano. Una cosa es pedirles a los hijos, dependiendo de la edad, ayuda, y otra es proceder (inconscientemente) con ellos a que asuman el papel de papá de tiempo completo.
Por supuesto que se da el caso también de mujeres que asuman una actitud saludable de aceptación hacia los hombres y sean lo suficientemente maduras como para no transmitir a sus hijos mensajes negativos sobre el sexo masculino.
Otro gran riesgo que puede tener la mamá es que mime demasiado a sus hijos y éstos vayan teniendo una imagen distorsionada de los sexos, dándole a uno poder, y al otro, quitándole toda valía. Frecuentemente, el varón siente la necesidad de acompañar y cuidar a la madre en su desamparo, colocándolo en una situación donde se ve imposibilitado para vivir una vida independiente. Muchos jóvenes reaccionan ante esto quedándose al lado de la madre por tiempo indefinido, o bien se rebelan y abandonan el hogar con la idea de que las mujeres son sus enemigas, acabando ya sea por maltratarlas o adorarlas, echando a perder así sus vidas. Una familia de un solo padre resulta básicamente incompleta, aunque la madre hará todo lo posible por compensarlo.
La hija de una familia de un solo padre puede adquirir un enfoque distorsionado sobre las relaciones hombre-mujer. Puede convertirse en una chica servil – dando todo sin recibir nada – hasta sentir que todo lo tiene que hacer ella misma.
Creo que para mis lectores imaginarios estas líneas de Virginia Satir ampliaron el tema que traté en el post pasado. Espero.
1 comentario:
Está bien la publicación de tus fotos de la nostalgia
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