domingo, 28 de marzo de 2010

Casi un Luis Miguel III, Sebastián I


Es curiosa la vida, lo que vamos aprendiendo de ella, la forma en que empezamos a vivir “sin conciencia”. En un simple ahora, en un presente continuo, en donde aún no se forma un pasado y el futuro es lejanísimo. “…el viernes vamos a la feria” ¿Hasta el viernes?, ¡Nooooo! Y todos los días preguntamos si ya es viernes. (Así son los niños), así somos todos en un principio.

Quiero dedicar este post a mi nuevo nieto Sebastián I, un casi Luis Miguel III y voy a dividir la historia en cuatro momentos, que creo son muy significativos.

El primero fue cuando supe que mi nuera estaba embarazada. Antes se acostumbraba decir que sólo la esposa lo estaba, ahora los nuevos matrimonios se dicen: “estamos embarazados” como un signo de vivir esto juntos. Antes, en mis tiempos, los hombres casi no nos metíamos en el mundo de los bebés, era cosa de mujeres, ahora los tiempos han cambiado y la pareja es más “pareja”. Inclusive mi hijo va a cursos de la “Liga de la Leche” para aprender cosas de bebés, y la verdad a mi se me hace esto padre. Hay casos en que el esposo tiene algunos “síntomas” de embarazo, bueno, eso si se me hace algo exagerado. También antes se decía, ¿Cuándo se “alivia” tu mujer? Pues si no esta enferma, esta embarazada. En fin, cada quién con sus costumbres.

Bueno, el segundo momento fue cuando supe que era “Niño”, (cuando dejó de ser un feto y se convirtió en una persona – 25 Nov). En ese momento pudimos saber que era Sebastián y no Renata (como le hubieran puesto si fuera niña). Claro que antes esto no era posible, no había los medios para saberlo, con el famoso ultrasonido, y sólo hasta el nacimiento era cuando, en los cuneros, se descubría la verdad. Porque los hombres no nos dejaban entrar a la sala de partos, nos quedábamos afuera, angustiados, fumando como “chacuacos”. Ahora mi hijo pudo, no sólo entrar, sino filmar el nacimiento. Cuando tuve oportunidad de verlo, no pude detener una lágrima, que oculte disimuladamente para que no se me notara, (con eso de que los hombres no lloran). Ven como algunas cosas han cambiado para mejorar.

Ya llevamos dos, primero saber que existía, segundo saber que era, y tercero el nacimiento (20 Mzo). Conocerlo, tenerlo en mis brazos, aunque algo torpes, pero al fin y al cabo abrazarlo mío. Sentir su piel tersa y suave, comparar el tamaño de mi mano con la de él, ver las pecas de mis manos, que reflejan los años y descubrir sus diminutas manitas arrugadas por los nueve meses del mundo acuoso donde vivió. Sentirlo extraordinariamente vulnerable, indefenso y tierno. Sentirlo parte mía.

Claro que Sebastián es ya una realidad, pero algo falta para que se cumplan estos cuatro momentos. Falta que despierte y me diga ¡HOLA!, aunque sea con una sonrisa suya, que pueda ver su alma a través de su mirada, que pueda sentir, que en ese cuerpecito que le toco, hay algo por dentro más que lo que vemos. “Conocerlo en Persona”

lunes, 22 de marzo de 2010

Alicia en el pais de las maravillas



Hace un rato que no escribo un post porque mi musa se encontraba lejos de la actividad creadora, o mejor dicho, en la total flojera escribana. No sólo esa flojera mental, sino una inactividad vivencial que contar.

Pero pensándolo bien, no se necesita contar necesariamente una vivencia, podría ser un cuento, hacer trabajar mi imaginación para inventar una historia. Y hablando de historias, el otro día fui a ver la película de “Alicia en el País de las Maravillas” de Tim Burton, me pareció sensacional, mágica, entretenida, con unos extraordinarios efectos especiales y verla en 3D es transportarse con Alicia a su viaje.

Cuando vi la versión original de Lewis Carroll realizada por Walt Disney en 1951, no recuerdo que edad tenía, y haciendo una comparación con la de Tim Burton, me pareció la primera una “fumada”. Tal vez haya sido la edad, la que determinó el interés por esta última.

El multifacético Johnny Depp que sale de Sombrerero Loco está estupendo, así como la Oruga Azul, el Gato Cheshire, el Conejo Blanco, las reinas Roja y blanca, el Sabueso que parece de verdad, la flora ambientada con flores con rostro, las patas de los muebles son animales esclavos, en fin, una ambientación extraordinaria. No sé porque, pero los que no me gustaron mucho fueron los “soldados naipes” en esta versión

En estos tiempos de múltiples crisis, creo sano salirse un poco de la “realidad” y viajar con la imaginación a mundos como el de Alicia, sobre todo cuando a veces vemos que parte de esta realidad contemporánea apesta, y no estoy hablando de esconder la cabeza como un avestruz.

Ya sé lo que pensaron, que negativismo, pero simplemente observen:
Las noticias en la TV y en los diarios, el conteo de muertos en la guerra contra el narcotráfico, la creciente drogadicción en los jóvenes, el bajo nivel de nuestro sistema educativo en México, (claro no se podía esperar más con una kafkiana lideresa como nuestra ilustre “Maestra” Elba Esther Gordillo que no sabe ni leer), los altos ratings de los reality shows, las telenovelas de TV Azteca y Televisa, la eterna crisis económica y el desempleo, las guerras actuales en diferentes partes del mundo, los partidos políticos en busca de poder, la impunidad de los funcionarios públicos, las muertes de Juárez, algunos altos líderes pederastas de la Iglesia Católica, la discriminación general - que por ser negros o prietos, que por ser feos, que por ser gordos, que por ser gays -, y podría seguirme muchos párrafos más, pero con esto basta.

Claro que no todo es así, tal vez sólo un muy alto porcentaje, pero lo que resta lo podemos disfrutar: Un “tequiero” cercano, un atardecer frente al mar, el nacimiento de un nuevo nieto o quizás de un hijo. El arte en sus diferentes representaciones como el Réquiem de Mozart, lo barroco de Bach y Handel, la maestría de Beethoven. La poesía de Sabines y su búsqueda de Dios… (Nunca lo he encontrado, el día en que lo encuentre me quedaré callado), la triste vida de la Tía Chofi y otras. La blanca Comala en Pedro Páramo de Juan Rulfo. El mundo de la cinemanía con obras como: Cinema Paradiso de Giuseppe Tornatore, la imaginación de Roberto Benigni en la Vida es Bella, la poesía japonesa en Las Flores del Cerezo de Doris Dorrie y los Violines en el Cielo de Yojiro Takita, la voz sobrecogedora del pequeño Jean Baptiste Maunier en Los Corista de Christophe Barratier y su otra extraordinaria película de Paris 36 , el guión de Tom Schulman en La Sociedad de los Poetas Muertos, la actuación sobresaliente de Peter O’toole desafiando a la muerte en Venus, una de las últimas de Lee Daniels con la novata actuación de Gabourey Sidibe en “Precious”. Podríamos mencionar tal vez cientos de excelentes películas, pero también está el arte en la escultura y la pintura de artistas como Miguel Ángel Buonarroti con “La Piedad”, “El David”, “La Madonna de Brujas”, “El Moisés” así como la pintura de la Capilla Sixtina. Otros grandes como Van Gogh, Rembrandt, Botticelli, Leonardo y muchos más.

Como ven, el arte ennoblece el espíritu y nos hace sentir más humanos. Otra forma de integrarnos al cosmos, es aprender de la naturaleza, observar su ritmo y belleza.

Creo necesario despegarnos de la televisión y salir a buscar lo que realmente somos.

Por hoy es cuanto.