domingo, 29 de junio de 2008

"Gracias muerte por la vida"


Cómo una idea une corazones.
Encuentros de risas espontáneas,
ilusiones que por sencillas
mantienen un interés.

Que fácil y a la vez difícil es provocar una sonrisa,
en abuelitos huérfanos de vida.
Abandonados por la ignorancia y la tristeza
en la antesala de la muerte no entendida.

¿Por qué nadie se los dijo?
¿Por qué nadie lo previó?
Que podemos morir antes de que la vida se nos vaya,
esperando en silencio el último suspiro.

Podemos juntos retar el desenlace,
riéndole a la vida, riéndole a la muerte.
Aferrarnos a los amaneceres eternos
con la brisa del mar.

No quiero morirme antes de la hora oficial.
Tan sólo dejar correr el tiempo ilusionado
y cuando llegue el momento;
saberme simplemente agradecido.

No quiero verme en el olvido,
sin hijos ni nietos a mi lado;
O sin amigos ni amores, desolado
en espera de una muerte aventurera.

Quiero vivir hasta el último segundo de mi vida,
intensamente, apasionadamente, amorosamente.
No importa que mi cuerpo sea viejo
y tal vez este enfermo y achacoso.

Quiero morirme de pie y con una sonrisa
despedirme de la gracia de la vida,
y esperar en la muerte, la vida.

Quiero morirme en un sueño
y en sueños despedirme de la vida.
Asomándome en mi rostro una sonrisa
que refleje solamente, un adiós agradecido.

Gracias muerte por la vida.

Luis Miguel

domingo, 22 de junio de 2008

"Se alquila un abuelo" (2)



Mi vida continuó en la rutina, y pasaron muchas semanas más… Una tarde tuve que volver al Centro a ver a unos clientes y al caminar por la Catedral vi que ahí estaba el anciano, sentado con su letrero enfrente. Me acerqué a él y le tendí la mano. -Buenos días señor, lo vine a buscar varias veces pero no tuve la suerte de encontrarlo. -No pude venir joven, me salió una chambita allá por el pueblo de Topilejo y como tengo muchos nietos en esa zona, pues siempre me dilato. Pero aquí estoy para servirle, ¿Tiene algún nieto para que le cuente un cuento? -No mi amigo, más bien estoy interesado en que usted me cuente de su vida. ¿Qué le parece si nos vamos a tomar un cafecito y platicamos, o le gustaría otra cosa, quiere ir a tomar una copa? -Bueno, la chamba ahorita está floja, vamos. -Nos queda cerca la cantina La Puerta del Sol, está en Palma casi esquina con 5 de Mayo. Buenas tardes caballeros, ¿dos personas? Si por favor, gracias. -Por cierto, no le he preguntado su nombre. -Miguel Matus, pa servirle y ¿El suyo? -Esteban Peña, a sus órdenes. ¡Matus! Me suena conocido su apellido, pero no recuerdo dónde. Y bien Don Matus, ¿Ya comió? ¿Qué desea tomar? -Estaría bien una cervecita y un caldito de camarón, si no es mucha molestia. -Es un placer Don Matus, yo lo acompaño con un tequila. -Y bien, la verdad estoy muy interesado, desde que lo vi allá en Catedral con su letrero, tan…diferente. -Pues sí, señor Peña… Ya desde hace tiempo, a mi me ha gustado mucho escribir, pero nunca había incursionado en el mundo de la literatura infantil, hasta que lo hice con mis primeros nietos de mi hijo Santiago el mayor. -Todo empezó cuando hice un escrito a mi nieta y lo intitulé: “Sucedió un martes en un balneario rumbo a Tequisquiapan…” El motivo era reflexionar acerca de lo que ocurrió con mi nieta y un muchachito que le apodaban “El Torito”. Lo interesante fue el comportamiento de mi nieta de tan sólo ocho años. Mientras estuvo con él, no pelo a nadie, ni siquiera a su abuelo consentido, o séase yo. El escrito fue narrado por un personaje inventado por mí: “El Enanito Extraterrestre” y de ahí se derivaron varios cuentos más, en donde contaba sus aventuras. Como mis nietos viven muy lejos, se los mandé a Santiago por correo, para que él se los leyera. Le mande el primero para mi nieta y uno más, intitulado: “Los Agüelos Extraterrestres” Me ansiaba conocer sus reacciones. Si les había gustado, o simplemente qué opinaban de ellos. Cada cuento que hacía, me iba gustando más y me divertía muchísimo. Me imaginaba las caritas de mis nietos cuando lo estaban escuchando. Era una especie de comunicación mágica que emergía a través de los cuentos. -Que fortuna es contar con un abuelo que cuente cuentos – y más si son de él – como también es una fortuna contar con nietos a quién poder contárselos, ¿No lo cree usted Don Matus? Claro, pero… las respuestas de mis nietos no llegaban, no me llamaban por teléfono para hacerme comentarios de los distintos episodios. Me hubiera gustado que cada cuento fuera el pretexto para que me llamaran y pudiéramos gozarlo juntos. Y entonces empezar una rutina de cuento, llamada. Cuento, llamada. La verdad yo no sabía, salvo el primero, si en verdad les había gustado o que opinaban de los cuentos. A veces pienso que existen niños que no tienen abuelo, que triste. Yo sí lo tuve, por lo menos al materno, aunque me hubiera gustado muchísimo haber conocido a mi abuelo paterno. Lo poco que sé de él, es por lo que me han platicado. Se llamaba Andrés y fue periodista. -Que interesante Don Matus, heredó el talento de su abuelo. Pues la verdad, no lo sé, pera me da la impresión de que era un tipo a todo dar. -Como que siento que lo extraña, sin haberlo conocido. Que curioso, ¿No? Como que si lo estuviera recordando y eso lo pone melancólico. -Pero tómese otra cerveza, arriba corazones Don Matus. -La verdad, yo sólo tomo una cerveza, ¿podría ahora pedir una cubita, Sr. Peña? -Claro, es un placer. ¡Cantinero!, ¡Cantinero! Para el señor una cubita y para mí lo mismo. -Salud Don Matus, ha sido un placer conocerlo. -Salud Sr. Peña, para mi también. -Otro día le cuento de mi abuelo Andrés, ahora déjeme terminar mi historia. -Claro Don Matus, estoy ansioso. Pero antes de que continúe, ya recordé donde vi lo de su apellido. Juan Matus, Carlos Castaneda. ¡Sí! ¿De casualidad es usted pariente de un indio yaqui del norte de México llamado Juan Matus? Continuará…

miércoles, 18 de junio de 2008

"Se alquila un abuelo"


El Templo Mayor me resultó impresionante. Era el centro donde confluían los aspectos políticos, religiosos y económicos de los mexicas de Tenochtitlán. El recinto del Templo Mayor tenía 250 mil m2 y de él salían las tres calzadas principales: La de Ixtapalapa que iba al Sur, La de Tacuba que iba al Oeste y la de Tepeyac que dirigía al Norte. El Templo Mayor era un templo doble, dedicado uno al culto de Tláloc, dios de la lluvia, y el otro a Huitzilopochtli, dios de la guerra. En el se hizo el hallazgo de un disco pétreo con relieve de Coyotxauhqui, diosa de la luna, que germinó el deseo de comenzar las excavaciones del templo. La zona arqueológica fue descubierta el 21 de Febrero de 1978 por un trabajador de la Compañía de Luz.

El cielo negreaba una amenaza de lluvia y tuve que interrumpir mi visita al templo. Encaminando mis pasos por el Zócalo, observé a los hombres desempleados sentados en la barda a un costado de la Catedral. La Catedral Metropolitana es el mayor templo católico de América y cuenta con aproximadamente 60 metros de alto, curiosamente igual a la del Templo Mayor. Tiene cinco naves y diez y seis capillas laterales. Donde se construyó, en tiempos de Tenochtitlán, había un pequeño templo dedicado a Xipe o a Quetzalcóatl. La primera Catedral se construyó tres años después de la Conquista, pero resultó ser insuficiente y en 1571 se colocó la primera piedra de la actual Catedral. En 1793 el Arquitecto Valenciano Manuel Tolsa finalizó las obras de construcción que concluyeron en 1813.

Al frente de cada “trabajador” desempleado había unos pequeños carteles con las diferentes especialidades: Plomería, Albañilería, “Se pintan casas, exterior e interior”, otros más de electricidad; en fin, los trabajos de siempre. Pero… al final se encontraba un anciano con un letrero que decía: “Se alquila un Abuelo”.

¿A qué se referirá con eso de que… “Se alquila un abuelo”? Pensé, y acercándome al viejo, le pregunté: Perdone buen hombre ¿cuál es su especialidad? Y con una sonrisa longeva me contestó: entre otras cosas, invento historias para nietos y se las cuento.

Pero, ¿Por qué historias para nietos, qué no es lo mismo cuentos para niños? No, me contesta, no soy un simple “Cuenta Cuentos”. Soy un abuelo desempleado, por eso estoy aquí.

Hijole, se me hace que este viejito esta requete loco, pensé nuevamente para mis adentros. Pero insistí preguntándole. Y ¿por qué dice que es un abuelo desempleado?
Es una historia muy larga, pero como la lluvia no tarda, otro día le contaré. Guardó sus cosas y con paso lento se perdió en la distancia…

Me quedé… pensativo, intrigado como en un impasse momentáneo hasta que las enormes gotas me devolvieron a la realidad y corrí para guarecerme de la tormenta.

Ya en casa, no podía dejar de pensar en el anciano, en su letrero, en su quebradizo rostro, en su sonrisa inocente y buena, pero finalmente el cansancio gano mi sueño.

Al día siguiente por la tarde, regrese al sitio en donde se encontraban los hombres desempleados, pero… con tristeza observe que el viejo no estaba con ellos. Como de costumbre, me dije a mi mismo: ojalá que no vaya a ser la de malas y el viejecito ya se haya muerto.

Mi vida continuó en la rutina, y pasaron muchas semanas más…
No se crean que aquí acabo el post, continuará.

sábado, 14 de junio de 2008

La Metamorfosis asesina


Supe de “buena fuente” que el Cabo Rusty esta intranquilo. Se oyen rumores de que le quieren dar mate. Perdón Silvestre, sé que no está hablando el propietario del blog (primera persona), pero dicen que en este mundo bloguero se vale de todo.

Y creo que eso haré. ¡Fuera reglas!, ¡abajo los cánones! Este blog pretenderá ser el más loco de todos. ¡Arriba la libertad! Abajo a mi derecha, tenemos un caballero doctor…

Al Cabo Rusty, parece que se le acerca su fin. Todo nacimiento requiere de una muerte. Y toda muerte, le mandamos a decir un novenario y a otra cosa mariposa. Esta metamorfosis es necesaria para que renazca la verdadera identidad.

Pronto sabrán mis queridos lectores imaginarios, (como dice mi maestro el Ninja Peruano), el desenlace de este cambio. Tendrá múltiples beneficios: integridad, humor, coherencia, madurez, juventud, transparencia, etc.

Sin más por el momento, quedo de ustedes.
Atentamente
El asesino de Rusty

domingo, 8 de junio de 2008

El Chisme


El joven discípulo de un filósofo sabio llega a casa de éste y le dice:
- Oye, maestro, un amigo tuyo estuvo hablando de ti con malevolencia…
- ¡Espera! – lo interrumpe el filósofo -. ¿Ya hiciste pasar por las tres rejas lo que vas a contarme?
- ¿Las tres rejas?
- Sí. La primera es la verdad. ¿Estás seguro de que lo que quieres decirme es absolutamente cierto?
- No. Lo oí comentar a unos vecinos.
- Al menos lo habrás hecho pasar por la segunda reja, que es la bondad. Eso que deseas decirme, ¿es bueno o positivo para alguien?
- No, en realidad no. Al contrario…
- ¡Ah, vaya! La última reja es la necesidad. ¿Es necesario hacerme saber eso que tanto te inquieta?
- A decir verdad, no.
- Entonces – dijo el sabio sonriendo -, si no es verdadero, ni bueno ni necesario, sepultémoslo en el olvido.

El chisme es una noticia o información verdadera o falsa que se cuenta para difamar o desacreditar a alguien o para enemistar a una persona con otra.
Es hablar con alguien con mala intención o indiscretamente de las cosas privadas de otros.

Chismear (Comadreos, dimes y diretes, embustes, habladurías, murmuraciones, alcahueterías, enredos, intrigas, difamaciones, desacreditaciones, etc., etc).

Como vemos, la parte negativa del chisme, es la intención, el objetivo que guarda. Pudiera ser un proceso totalmente consciente o una forma inconsciente de ser (ser indiscreto de las cosas privadas de alguien).

Y esta intención es lograr un daño a través del chisme. Difamar o desacreditar a alguien. Surge otra pregunta: ¿Por qué quiero hacerle daño a alguien en esa forma? ¿Es envidia lo que siento por esa persona, porque me comparo desigual y yo estoy abajo o me siento menos? No soporto el triunfo de los demás, porque no puedo afrontar mis propias derrotas o fracasos.


Soy cobarde y tengo miedo y no me atrevería a decir ese chisme delante de la persona afectada.

Lo que hace ruin al chisme, es lo que esta debajo de un simple comentario. La maldad que se encubre en la trillada frase: ¿Qué crees, fíjate que…
El chisme se da en el anonimato, se pierde en la cadena: ¡Te cuento algo, pero no se lo vayas a decir a nadie, o no digas que yo te lo dije!

El chisme se da con los mediocres, con los carroñeros que se alimentan de las noticias de los demás, porque ellos no pueden crear vida propia interesante. Son de la bola, del montón de fracasados que envidian el éxito de los demás.

Mientras más chismosos somos, menos hombres y mujeres evolucionados seremos. Y desgraciadamente en México, país tercermundista, con últimos lugares mundiales sobre educación y lectura (1.3 libros prom. p/p al año) existen miles de chismosos y carroñeros que afectan a la sociedad.

Claro que también el chisme se da a todos los niveles sociales. Grandes empresarios que contratan “orejas” para que a través de un chisme (sin corroborar la información) corran a alguien. Los ejemplos pueden ser muchos, en la cuadra, colonia, escuela, blog, etc.

Termino con otro cuento, creo es interesante, se llama La Carreta Vacía:

Caminaba con mi padre cuando él se detuvo en una curva y después de un pequeño silencio me preguntó:
- ¿Además del cantar de los pájaros, escuchas alguna cosa más?
Agudicé mis oídos y algunos segundos después le respondí: Estoy escuchando el ruido de una carreta.
- Eso es – dijo mi padre – Es una carreta vacía.
Pregunté a mi padre: - ¿Cómo sabes que es una carreta vacía, sí aún no la vemos?

Entonces mi padre respondió: Es muy fácil saber cuándo una carreta está vacía, por causa del ruido.

Cuanto más vacía la carreta, mayor es el ruido que hace.

Me convertí en adulto y hasta hoy cuando veo a una persona hablando demasiado, interrumpiendo la conversación de todos, siendo inoportuna o violenta, presumiendo de lo que tiene, sintiéndose prepotente y haciendo de menos a la gente, tengo la impresión de oír la voz de mi padre diciendo:

- Cuanto más vacía la carreta, mayor es el ruido que hace.

La humildad consiste en callar nuestras virtudes y permitirles a los demás descubrirlas. Y recuerden que existen personas tan pobres que lo único que tienen es dinero.

Y nadie está más vacío que aquel que está lleno de egoísmo, de un supuesto Mi mismo.

Luis Miguel

miércoles, 4 de junio de 2008

El Gato-Perro


El Güero sabía que era lunes. Desde su cómoda cama en su sencilla casa de cartón, me aventaba una mirada de bienvenida indolente. Era el gato-perro de Olga. Gato por su actitud, perro por sus sentimientos.

Dicen que las mascotas se parecen a sus dueños, y creo que en parte es cierto. La verdad no sé quién más se parece a quién. Si nuestras mascotas se van pareciendo a nosotros los humanos o nosotros nos vamos pareciendo a ellas. Que importa si aceptamos ese parecido.

Que combinación tan interesante la de gato-perro. Imagínense a un gato común: independiente, posesivo, seguro de sí mismo, astuto, valemadrista, ateo, inteligente, eróticamente agresivo y sexualmente desinhibido, en pocas palabras un gato común y corriente.

A esas características añadiremos las del perro: leal, amigo fiel, amoroso incondicional, valiente, humilde, soñador, obediente, entregado, eterno compañero y muchas otras más.

Ahora, ambas las colocamos en una batidora y ¿qué tenemos?
A una Olga mujer independiente, segura de sí misma, inteligente, sensible, madura, espontánea, alegre, amante de la cocina, romántica, sabedora del buen vivir y otras más que aún no descubro.

Son el Güero y Olga los anfitriones de los lunes. El deleite gastronómico de algo más que un caldito de pollo. El disfrute enológico de algo más que un agua de limón con cáscara completa. El resonar melódico de algo más que Serrat y Sabina. El toque picante de algo más que unos chiles Herdez. Y ese “algo Más” es lo que le da sabor a nuestros encuentros de los lunes.

Gracias lunes, gracias Güero, gracias Olga.

Luis Miguel

martes, 3 de junio de 2008

Los Libros también hablan


Hace un lustro descubrí que los libros hablan. Pero no hablan porque tú los lees y te cuentan historias y fantasías. Eso de alguna manera te lo dice el autor a través de la lectura. ¡No! a eso no me refiero. Trabaje en una librería y solía recorrer el piso de venta en busca de novedades literarias.

Descubrí que existe una atracción simbiótica entre los libros y sus lectores. Por supuesto que no todos los libros son indicados para cualquier lector, ni cualquier lector esta apto para todos los libros. Hay que descubrir la “química” que se produce, cuando en la búsqueda de un libro o inclusive sin buscarlo, te encuentras con el “apropiado”. Como… “amor a primera vista”. Como esa seducción que te cautiva y no puedes más que detenerte a mirarlo.

Decía que acostumbraba a caminar por los pasillos de la librería y sin mirar detenidamente, y sin buscar algo específico, dejaba simplemente que los encuentros se fueran dando. De repente me detenía, y enfrente de mí, aparecía “el” libro. ¡Ese libro que era para mí! Lo tomaba en mis manos, como acariciar dulcemente un rostro y le veía su cubierta. Buscaba en su interior el contenido, para descubrir poco a poco su alma. Y finalmente leía los comentarios en la parte posterior, convenciéndome de que efectivamente: éramos el uno para el otro.

Por eso dicen, y dicen bien, que sólo cuando el alumno esta preparado aparece el maestro.

Luis Miguel