jueves, 29 de abril de 2010

Cómo crear Abundancia - Deepak Chopra


En la búsqueda de cosas útiles encontré un libro de Deepak Chopra llamado “Cómo crear Abundancia”. El título no les suena a: ¿cómo convertirnos en un Carlos Slim?, ¿cómo encontrarnos la lámpara de Aladino y pedirle al mago todo el oro y todos los dólares del mundo? ¿Cómo sacarnos el Melate acumulado? ¿Esto no suena como una fantasía inalcanzable? Efectivamente parece como cosa de magia, pero tiene un aspecto práctico dirigido a cualquier persona con un poco de conciencia.

¿Cuándo hablamos de Abundancia, a qué nos referimos? Simplemente a cuando nuestras necesidades y deseos se satisfacen con facilidad y nos causan alegría, salud y vitalidad.

Pero, ¿Cómo conseguir esa abundancia? ¿Es posible? Según la Física Cuántica, sí. Los pensamientos son la materia prima del universo. Antes de que un pensamiento se convierta en algo verbal y se experimente como lenguaje, es una intención. Los impulsos de energía e información que crean nuestras experiencias de vida se reflejan en nuestras actitudes hacia la vida. O sea ¿qué quiere decir? Que! si se puede !

A continuación Chopra nos da algunos tips para cambiar nuestra actitud y que la abundancia se de:

1. Si se preocupa constantemente por cuánto dinero necesita, entonces es realmente pobre. La señal que manda a su cerebro es de pobreza y de ahí no saldrá. El cerebro sólo procesa lo que uno le manda, aprenda a engañarlo y cambie el mensaje por su opuesto. Nos ayuda esa frase que dice: “Dios dame serenidad para aceptar las cosas que no puedo cambiar, coraje para cambiar las cosas que puedo, y sabiduría para conocer la diferencia”.
2. Aprenda a ser compartido, este sentido del “dar” le ayudará a conseguir lo que se propone, no vaya solo en el camino, somos parte de un todo.
3. Siempre hay demanda por nuestros servicios, y más cuando encontramos nuestro “dharma” o propósito de vida, que disfrutamos y amamos con nuestro trabajo. Una vez que conocemos nuestro propósito sabemos que somos potencialidad pura.
4. Alégrese por el éxito de los demás y si son enemigos, mejor. Siempre tenga esperanza y confianza en que las cosas van a salir.
5. Aprenda de los “fracasos”, ya que en ellos reside la semilla del éxito. A esto se llama Retroalimentación.
6. Mis deseos e intenciones se dan, ya que mi psique está conectada con la psique cósmica, cuando mis objetivos son claros y precisos. El universo se encarga de los detalles.
7. Busquemos hacer feliz a los seres humanos con los que tengamos contacto.
8. El poder de la intención. Tomar una decisión inalterable, perseverar de un propósito bien definido y buscarla. El universo se encargará de los detalles, organiza y administra las oportunidades y uno tiene que estar alerta.
9. Acallar nuestro diálogo interno, alejarse de las definiciones, etiquetas, descripciones, interpretaciones, romper el acondicionamiento social.
10. Cuando ayuda a otros a ganar dinero, este le regresará con creces.
11. Aléjese de los pensamientos negativos y no estar cerca de personas negativas.
12. El Hecho de recibir es tan necesario como dar. El diezmo significa dar cierta porción de sus ingresos.
13. El dinero es para circular. Acumular y aferrarse al dinero ocasiona que éste se estanque.
14. Reunir a un grupo de personas con diversos talentos para trabajar juntos.
15. Hay que tener valores, sin ellos hay confusión y caos.

La riqueza material o el dinero son simplemente un medio para satisfacer nuestros deseos.

Es cuanto.

miércoles, 21 de abril de 2010

"Solo fueron cuatro meses Elo"


Tenía dudas, ¿me reconocería después de tanto tiempo de no verla? Es más, ¿estaría viva? A mi mente llegaban preguntas y claro todas ellas relacionadas con mi forma personal de ver las cosas. No podía imaginarme que los cuatro meses que habían pasado, para ella hubieran sido más de los que fueron, no lo sabía. Me imaginaba que al verla nuevamente estaría muy atento a su reacción, a su rostro, a su sonrisa o tal vez a su indiferencia. Eso me preocupaba, creo que más bien me entristecía. En fin, así es la vida en esto de los “olvidos”.

Llegue el martes como a eso de las 12:45, la hora feliz empezaba a las 13:00. La recepcionista me recibió como si el tiempo no hubiera pasado:

-Hola Luis Miguel, me dijo Javier que ibas a venir el jueves pasado.

-De Hecho no le aseguré nada, le dije que un día de estos vendría a visitarlos.

Tomó el teléfono y marcó a su habitación. Javier, aquí está Luis Miguel. Que pases, me dijo sonriendo.

Camine por el pasillo central, ese que fue testigo de nuestras despedidas con Elo, muy agarradita de mi brazo - como si quisiera poseerme para toda la vida - aunque esta fuera más corta de la que hubiéramos deseado. Me saludo el jardín con sus flores alegres. Los pájaros y cotorras seguían cantando como antes, y algunos de ellos hasta sé que me reconocieron trinando. El cuadro viejo estaba colgado donde siempre, era un Cristo viejo, que hacía juego con sus devotos. El piano, callado y esperando ser tocado con música de antaño. Y las miradas, esas miradas fantasmales, estaban ahí mendigando una caricia, una caricia… que jamás llegaría.

Apareció Javier y nos dimos un cálido abrazo. Cómo describirlo, un abrazo cercano, afectuoso, no precisamente un abrazo como si fuera de “padre a hijo”, más bien un abrazo de dos almas, sin edad que nos pusiera distantes. Hablamos de su accidente en el hombro, de su rápida recuperación, me mostró su álbum de fotos, me hablo de sus viajes…, y me sentí bien, no sólo con él, sino conmigo mismo, imaginándome que algún día lejano, alguien vendría a visitarme y tocara mi vejez con cariño.

Alistamos las cosas del convivio: papitas, quesitos, aceitunas, refrescos y claro, no podía faltar una buena botella de brandy. En la mesa los de siempre, El distinguido arquitecto en su inseparable silla de ruedas, Anita, la que habla con sus ojos tiernos, Alicia con su traje sastre y sus joyas antiguas, tomando el rompope con los hielos de siempre. Jóse con sus noventa años y su juventud a flor de piel. A mi izquierda un señor inválido, que no recuerdo su nombre, dejándose consentir con los cuidados cariñosos de Javier, todos juntos departiendo alegres nuestra hora feliz.

Y ¿Dónde estaba Elo? Claro, una parte de mi estaba atento con los de mi mesa, alzando la copa y brindando por los noventa años de Jóse, por los encuentros, por la vida, por muchas cosas más. Pero la otra buscaba ansiosa a Elo.

De pronto, a la distancia, ella apareció con su cuidadora del brazo, como cualquier martes. Venía distraída, encorvada como su cansado cuerpo le permitía, caminando lenta y pausadamente. Me pare, di dos pasos hacia ella, quedándome quieto, observándola. El tiempo y la vida se paralizaron, borrándose todo lo demás…, menos ella y yo. Elo alzó la vista y me vio, su sonrisa me reconoció de inmediato, su lentitud cambio por un rápido acercamiento que termino en un fuerte abrazo.

-No podía creerlo, me preguntaba si eras tú o alguien que se te parecía. ¡Muchacho que gusto de verte!, yo pensaba que ya no te iba a ver nunca, es que fueron…

-sólo cuatro meses Elo, la interrumpí. No, para mi fue toda una vida, me dijo sonriendo.

Mtro.Luis Miguel G.

martes, 13 de abril de 2010

Las Coincidencias


El otro día me hicieron un comentario sobre las Coincidencias. Fenómeno curioso que tiene que ver con la casualidad, con el azar, con el destino e inclusive con la “suerte”. ¿Alguna vez jugaron un jueguito que se llama “Submarino”? Consistía en una hoja cuadriculada con líneas horizontales y verticales. Las primeras se representaban con números y las segundas con letras. El chiste era hundir el mayor número de submarinos, especificándole al contrincante una intersección, por ejemplo, 7C, y si ahí se encontraba el submarino, este se consideraba destruido.

Pues esto de las intersecciones, creo yo, es parte de la vida misma. Es como si avanzáramos por una calle y en otra perpendicular caminara, hacia el mismo sentido, otra persona. Es “posible” que el encuentro se de en una esquina. ¿Por qué hablo de una posibilidad? Efectivamente el fenómeno de la coincidencia se va a dar, pero no necesariamente el encuentro. La primera condición será contar con una percepción suficiente para darnos cuenta, ya que sin ésta, el evento puede pasar desapercibido. De alguna manera debemos estar preparados para la coincidencia, dándose la formula:

Oportunidad + Preparación = Buena Suerte

Imagínense que vamos muy distraídos, pensando en no sé que cosas, como suele suceder en esta gran ciudad, no sólo no nos vamos a dar cuenta de “ese” evento que tenía que ver con nosotros, sino no nos damos cuenta de nada, inclusive del camión que viene a toda velocidad y nos puede atropellar. Aquello en lo que pones tu atención se llena de energía. La atención activa el campo de energía y la intención activa el campo de información. Prestando atención a las coincidencias te ayudará a aclarar su significado. Cuando surja una coincidencia, no la ignores. Pregúntate ¿Por qué sucedió esto?

La intención es el pensamiento de hacer ciertas cosas para sentirnos felices y realizados. Cuando pensamos en algo, lo atraemos, “lo decretamos”, me voy a caer y zas se cae uno, no voy a poder hacer tal o cual cosa y sucede,


En una película que no recuerdo su nombre, hay una serie de hechos que suceden para que un accidente se de. Por una calle va un taxi que tiene un recorrido equis, por otro lado se trata de una persona que sale de sus practicas de baile. Es importante ver los tiempos que tarda en hacer algunas cosas, comprar su periódico, hasta cuando se amarra las agujetas, en fin, todo para que se de la coincidencia y se produzca el accidente.

Entonces aparecen los “hubieras”, que hubiera pasado si se tarda más comprando el periódico, o si no se le hubiera desamarrado la agujeta, pero creo que esos “hubieras” no existen, las cosas pasan porque “tienen” que pasar, no como una fatalidad sino como una atracción. ¿Han oído hablar de la Ley de la Atracción? De alguna manera las cosas que nos suceden son atraídas por nosotros. Si nos va mal en la vida, tenemos que revisar que estamos haciendo para que nos vaya mal, lo mismo cuando nos va bien, algo hacemos para ello.

Y esta Ley de la Atracción tiene que ver con que somos seres de energía, atraemos energías negativas o positivas según nuestra carga personal. Otra ley que tiene que ver con las coincidencias es la Ley de Causa y Efecto. Si hacemos equis cosa es muy probable que nos suceda esto.

Nosotros de alguna manera hacemos nuestro camino, como dice la canción de Serrat, pero en ese camino suceden cosas (Coincidencias) que van a terminar dando respuesta a nuestra búsqueda tanto inconsciente como consciente.

Entonces no existe un destino como tal, como dice el refrán: “El que nació para maceta, del corredor no pasa”. Claro que las condiciones originales van a pesar y mucho, el esfuerzo por llegar a ser mejor y diferente es mayúsculo, pero si se puede cambiar. Vean a Don Benito Juárez, que de indio llego a ser presidente de la republica.

El trabajo es tuyo, pero las coincidencias ayudan, no estamos solos.

Es cuanto

jueves, 8 de abril de 2010

"Vaso vacío o lleno"


Hoy les quiero hablar de un tema que titularé: “El Proceso del Manejo de los Vacíos” o que también pudiera ser de los “Llenos”. Lo que quiero decir, es que podemos hablar, por ejemplo de un vaso vacío o un vaso lleno. Pero ese vaso no es para líquidos, sino para mostrar diferentes niveles de necesidad del otro. Cuando el vaso está vacío es que necesitamos mucho del otro y cuando está lleno, es que estamos llenos del otro.

Es como por ejemplo esa frase que dice: “Un vaso medio vacío o medio lleno”. Estamos hablando de cómo vemos la vida, y qué Actitud tenemos ante ella. El vaso al que yo me referiré nos habla de la necesidad que tenemos de una persona, de cómo la extrañamos cuando no la vemos y cómo podemos estar hartos de ella o de él, cuando pasamos “demasiado” tiempo juntos.

Pero cada quién contamos con un tiempo muy personal de llenar o vaciar ese vaso. Voy a ejemplificarlo con una relación de novios adolescentes. Cada quién tiene una necesidad diferente de estar con el otro, pero en este caso, es posible que ambos mantengan similares tiempos y necesidades. Se hablan por teléfono para ver cómo amanecieron, se ven en un punto para irse juntos a la escuela, en cada descanso o recreo están juntos. A la salida nuevamente se van juntos, y es probable que hagan la tarea en la casa de ella y sólo hasta que la “suegrita” lo corra porque ya es muy tarde, el novio estará ahí. Pero al llegar a su casa, el novio le llamará por teléfono diciéndole que la “extraña”. Se pasaran horas hablando de tonterías, hasta que muy entrada la madrugada, los “tortolitos” se despedirán, con un interminable “hasta mañana mi amor”. Y así, hasta que el “tiempo del enamoramiento” termine y empiece a cambiarlos.

El éxito o el fracaso de una relación, es que de alguna manera, ambos mantengan similares tiempos de llenar o vaciar sus vasos, o que les quede claro esta diferencia y la toleren. Claro que esto no es simplemente un “querer hacerlo”, no, es algo, llamémoslo “Químico”. Es como por ejemplo decir: “En esta relación sí hay química, y en otra no la hay”.

A diferencia de los “noviecitos” existen relaciones con diferentes tiempos. Por ejemplo una pareja adulta, muy rutinaria, que se ven todos los sábado para comer y hacer el amor y como a las 8 de la noche él se va a su casa y el encuentro termina. Ambos vasos quedan llenos. Pero el vaso de él se vacía más lento que el de ella, o sea que ella lo va a necesitar antes que él. Si ella lo llamara por ejemplo, el Domingo, es probable que él no le conteste, porque todavía esta cargado de ella en un noventa y tantos por ciento y todavía no siente la necesidad de estar con ella, en ese caso tendría que pasar una semana.

¿Si me explico? Una cosa es quererse y otra necesitarse y extrañarse. Esto no quiere decir que ella lo quiera más, sino que sus tiempos de necesitarse y de volverse a ver son distintos. Al estar la pareja juntos, ambos vasos se llenan. Están llenos del otro, cada uno tiene su tiempo de vaciarse, de volverse a necesitar. Estarán pensando, y qué con las parejas que viven juntos y hasta trabajan juntos. Pues… ¿qué quieren que les diga? Ni modo, se amuelan. No, ya en serio, cada persona nos llena de diferente manera. Nadie nos puede dar “todo” lo que necesitamos. Una nos dará más amor que otra. Otra más paz, más diversión y entretenimiento, más placer.

O sea que no es sano hablar de una relación “muégano” Pegados todo el tiempo, juntos para todo. Es necesario también buscar nuestro “propio espacio”. Respetar nuestra individualidad y la del otro. Nadie puede pertenecernos, las personas no somos objetos de propiedad, estamos hechos para compartir, no para usarnos.

Cada vez vemos más parejas adultas durmiendo en camas separadas, cuartos separados, casas separadas. Hoy en día aumenta el número de divorcios. Esta situación del compartir con la pareja no es fácil. Imagínense decirle a la esposa: “…como todavía sigo muy lleno de ti, nos vemos hasta mañana”. Hay que aprender a convivir con la pareja, saber sus diferencias por género y darse cuenta de este vaciado y llenado de sus vasos.

Otros ejemplos pueden ser cuando tenemos mucha sed, el vaso que nos la va a quitar en mayor proporción será el primero, el segundo bajará, así hasta llegar a uno, que no sólo no nos cause placer, sino nos deje una sensación de desagrado. Esto nos lleva a buscar relaciones de calidad, en donde verdaderamente necesitemos a esa persona porque nuestro nivel está alto y el de ella también. No quiero decir con esto que la primera esposa es de calidad y las demás no, sino que es importante buscar nuestros momentos de calidad en ambos.

Pareciera ser que las parejas necesitamos ser iguales, o por lo menos parecidos para que funcionemos cordialmente. Ellas nos reclaman porque nos dicen más veces que nos aman y nosotros a veces, o casi siempre, utilizamos otros mecanismos para decir nuestras querencias. Otro ejemplo es cuando buscamos, en las relaciones sexuales, que nuestros orgasmos sean al mismo tiempo. No tiene que ser así, es más saludable el compartir nuestras diferencias y con ello enriquecemos la relación.

Observamos que es más fácil ser animal que ser humano, porque ellos traen un “chip” integrado a su conducta y forma de ser, hacen lo que tienen que hacer, nunca verán a un chimpancé creerse jirafa, por ejemplo, ni tampoco acudirán al psicólogo para resolver su situación. En cambio nosotros, a pesar de que también poseemos algún tipo de “chip”, somos extremadamente complicados, o más bien, nos hacemos más complicados.


Yo creo que a los seres humanos nos hace mucha falta contar con una guía, con una orientación o preparación para enfrentar nuestras diferentes etapas en la vida. Creemos que las cosas se dan en automático, que las vamos aprendiendo sobre la marcha, al “ahí se va”. No, los resultados serían muy diferentes si la gente estuviera más preparada, porque esta preparación nos da conciencia.

En fin, como ustedes ven, esto del vaso vacío o lleno es un tema interesante que nos puede ayudar en nuestra relación a comprender nuestras diferencias, por hoy es todo, hasta la próxima.