martes, 3 de febrero de 2009

"Yo creo que es porque no quieren pensar..."


En estos, poco más de tres años, he aprendido muchas cosas de los adultos mayores, principalmente de mujeres jóvenes de la tercera edad. Muy de cerca los he visto llorar y reír, tan cerca, que a veces sus lágrimas se confunden con las mías. Tan cerca, que las risas se oyen a dueto. Mis oídos se han hecho muy receptivos a sus historias, a sus necesidades. Y mis hombros han servido de apoyo a sus angustias.

También me atrevo a creer, que en algunas ocasiones, sus fantasías se han visto representadas en sus húmedos sueños, con despertares juguetones y atrevidos. Pero todo se vale, en el mundo onírico de las sombras, en el mundo real de los atardeceres.

He conocido, tanto gente que apenas estrena su credencial de “ancianidad prematura” del INAPAM, (antes INSEN), como longevos de más de cien. Dos mundos distantes con la misma credencial, pero con realidades, que los hacen hasta incompatibles. Por eso, hablar de adultos mayores, no es hablar de una condición humana que los agrupa, es referirse a una simple cronología de años vividos, que hace muy compleja su apreciación.

A diferencia de los factores comunes de los niños y adolescentes, incluso de los adultos jóvenes, los adultos mayores comprenden tantas diferencias, como ángulos queramos ver. Frases simplistas como: “todos los hombres son iguales”, “las mujeres son difíciles de entender”, “los mexicanos son…”, o refranes deterministas como: “Árbol que crece torcido, jamás su tronco endereza”, nos hacen perder de vista las diferencias. No podemos sumar manzanas con peras, aunque ambas sean frutas.

Aprendamos a observar el toque personal que nos distingue. La educación se torna de masas y cuando alguien se sale de los estándares, lo catalogamos como desadaptado.

Pero volviendo al asunto de los adultos mayores, es necesario distinguir peculiaridades que los agrupan. No todos los adultos mayores son seniles, ni todos son incapaces para hacer equis cosa, ni todos cuentan con una gran experiencia y sabiduría, ni todos son un estorbo. Claro que para comprenderlos no tenemos que hacerlo con cada uno de ellos. Podemos agruparlos por características comunes.

La edad y condición física son importantes. Por ejemplo de 60 a 70, muchos conservan energía y fuerzas para valerse por sí mismos. Yo los llamaría: Jóvenes de la 3ra. edad. La seguridad de una pensión digna, les trae tranquilidad en sus vidas, de otra forma sólo angustia y desasosiego. El contar con un espacio propio para vivir, les proporciona la calidez de un hogar, los que no lo tienen, viven en el desamparo. Los asilos, albergues y residencias, los hacen extraños de sus terruños. El contar con una familia cariñosa y comprensiva, los hace sentirse incluidos y aceptados, los que no, son huérfanos seniles. Las enfermedades son compañeras dolorosas e indeseables de su andar, en cambio la salud, les ayuda a caminar erguidos.
Las actitudes les marcan su camino, si es positiva la risa les acompaña, si es negativa su andar es sombrío y triste.

De 70 a 80 años, se forma a veces un espacio para que quepa la adaptabilidad, sabiduría y tiempo de revisión. No tienen que caminar tan rápido como los jóvenes, la lentitud les da sobriedad.

Después de los 80, empiezan las traiciones. La fuerza, las rodillas, los pulmones resollan de gordo. El cuerpo respinga y se niega a veces a seguir el juego de la vida… pero, la función tiene que seguir, y algunos se acostumbran a sus dolores y los hacen de su cotidianidad.

En fin, hay de todo en este tema tan joven de los adultos mayores, que les contaré una anécdota, de la residencia en la que doy un taller de Desarrollo Humano.

Un martes, como todos mis martes por la tarde, llegue a la residencia y varias señoras ancianas estaban plácidamente sentadas en una sala anexa al salón en donde doy la clase. Salude cariñoso como todos los martes y las invite a pasar al salón. Una de ellas, con cara de malos amigos lidero la decisión y se negó a moverse. Pero no solo ella, como cinco señoras que estaban ahí, también se quedaron inmóviles. La líder impávida las miraba sosteniendo sus voluntades y retando mi invitación.

En fin, pase al salón y abrimos el taller con pocas señoras entusiastas. Les pregunté si ellos sabían el por qué de sus compañeras de no querer participar. Y una de ellas me contestó: “Yo creo que es porque no quieren pensar…”

Efectivamente, hay algunos adultos mayores que no quieren pensar, que no quieren reír, en pocas palabras que no quieren vivir, aunque también se dan en otras edades. Pero afortunadamente en mi grata experiencia con adultos mayores, la mayoría me han sorprendido gratamente con su entusiasmo y ganas de participar con la vida. Por eso, mis amigos y amigas, hay Desarrollo Humano para rato. Gracias.

11 comentarios:

El mecartistrónico dijo...

No sólo hay adultos mayores que no quieren pensar. Hay mucha gente, de todas las edades, que no quiere pensar. O porque creen que ya lo saben todo y no necesitan saber nada más, o porque creen estar felices en donde están.

O porque no quieren estar felices.

Gringa Vieja dijo...
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Gringa Vieja dijo...

Ah, muy perspicaz esa señora! Es como dice Thoreau, que muchas personas ~ de todas las edades ~ viven "vidas de tranquila desesperación."

Pensar, realmente pensar, da miedo muchas veces porque ya abierta esa puerta, uno ya no puede regresar a la comodidad de estar, en cierto sentido, dormido. Puede dar miedo, pero también pasión, aventura, y sabor a la vida.

silvestre dijo...
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Miguel Matus dijo...

Jvr: efectivamente el "deporte de no pensar" se da en todas las edades, pero en fin, es la vida y el cerebro de cada quién.

Gringa V: Efectivamente esa viejita es muy perspicaz, de su frase salió este post,y como dice Thoreau: "vidas de tranquila desesperación", yo diría que algunos están muertos en vida, como sombies.

Silvestre:Decir jóvenes viejos es insultar a los viejos. Coincido totalmente contigo,pocos son los jóvenes pensantes, inteligentes. Creo que en parte se les atrofia el cerebro con los videojuegos. Yo no sé que les hace la época a los jóvenes,creo que antes, por los 60tas,los jóvenes estaban más despiertos a sus circunstancias.

El mecartistrónico dijo...
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Gringa Vieja dijo...

Hmmm . . . pues Jvr expresó muy bien lo que pensaba al leer sus comentarios, Silvestre y Matus. Dijo Marshall McLuhan: The medium is the message/El medio es el mensaje. Por eso muchos blogs sólo representan una parte de lo que cree o siente una persona. Es lo que inspira el medio, aunque, claro, muchos blogs ~ como los que recomiendas, Silvestre ~ van más al fondo. Es como el medio de la televisión, donde la mayoría de los programas son basura; algunos son entretenidos; y muy pocos realmente tienen valor.

Quizás porque trabajé muchos meses con varios jóvenes adultos en la campaña política de Obama, no siento tanto escepticismo. Estos jóvenes me impresionaron mucho con su energía y con sus opiniones bien informadas acerca de una multitud de temas. Tuve unas conversaciones interesantísimas con ellos. Seguramente algunos de ellos tienen blogs que no me gustarían. Pero recuerdo unos cuadernos viejos ~ mios ~ de hace muchos, muchos, años, llenos de cursilería y deseos frustrados. La única diferencia es que los mantuve privados.

Además, no puedo juzgar severamente los blogs de los jóvenes porque mi “guilty pleasure” (¿placer inconfesable?) es leer a los BILF ;-)

silvestre dijo...
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silvestre dijo...
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silvestre dijo...
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El mecartistrónico dijo...

:)
http://www.vidaextra.com/2009/02/13-por-fin-segun-el-parlamento-europeo-los-videojuegos-son-buenos