viernes, 20 de febrero de 2009

¡Quememos las Burkas!


¿Qué decir de las mujeres en el Régimen Talibán de Afganistán, de antes y quizás hasta de ahora? ¿Qué se sentirá ser mujer ahí adentro de su burka? De por sí, que las mujeres en el mundo, viven en un sistema dominado por los hombres, allá, en esas tierras, pasan a ser tratadas, peor que animales.

Pareciera que sólo son féminas escondidas que deambulan por los caminos polvosos de esas calles destruidas por la guerra y la pobreza. Fantasmas que esconden su ser, porque para ellos y PARA ELLAS, lo que son, no puede verse a los ojos de la “decencia” y la permisividad social.

Costumbres, creencias religiosas, “formas de vivir”, formas de esconder. Esconder lo que para algunas religiones es pecado: El cuerpo, sobre todo el femenino, que es el pecado mismo, según ellas. Sé casi nada de las costumbres en Afganistán, pero creo que los humanos tenemos rasgos comunes en general, sin importar el origen étnico. Las mujeres, son mujeres aquí, en Afganistán y en cualquier parte del mundo. Quiero decir con esto que no creo que las mujeres talibanes sean como las extraterrestres mujeres, ¿Verdad? Claro que el territorio marca y determina nuestro pensamiento y nuestro actuar, pero son esos rasgos comunes los que nos hacen ser humanos. Pero con los Talibanes se observa la ignorancia de un mundo, que de un lado machista y misógino actúa “dominando” y del otro, las “dominadas”, las que visten con su burka.

La ropa marca la moda, cubre el pudor, protege del clima, establece un estatus, define características culturales, marca libertades y enclaustros. La ropa habla por sí misma, pero también a veces calla.

La piel necesita que la acaricie el sol y el viento. Los cuerpos nacieron para tocarse, para acariciarse, a veces hasta para dejarse ver. Por eso amo a Dios, porque Dios es un cachondo. Dios creo el cuerpo, y a éste le puso el ingrediente del placer. Nuestra naturaleza humana es más que corpórea, pero corpórea al fin.

Te voy a compartir, lector imaginario, algunas de las restricciones impuestas por el régimen talibán a las afganas, según la denuncia de la Asociación Revolucionaria de Mujeres de Afganistán (RAWA):

- Las mujeres sólo pueden trabajar en su casa.
- Cualquier actividad que hagan fuera de su casa debe ser acompañada por un pariente cercano (padre, hermano o marido).
- No pueden ser atendidas por médicos hombres.
- No pueden estudiar en ninguna institución educativa.
- Tienen que vestir obligatoriamente un largo velo (burka – no de colores vistosos), si no lo hacen serán azotadas.
- Lapidación pública a mujeres acusadas de mantener relaciones sexuales fuera del matrimonio.
- No se pueden pintar las uñas, si lo hacen, pueden amputarse los dedos.
- No pueden hablar con ningún hombre que no sean su mahram (pariente cercano).
- Un hombre no debe oír los pasos de una mujer (tacones).
- No puede practicar deporte o entrar en cualquier centro o club deportivo.
- No puede lavar ropa en los ríos o lugares públicos.
- No pueden asomarse a los balcones de su casa. Las ventanas tienen que ser opacas, para que desde fuera no puedan ser vistas.
- Las mujeres no pueden ser fotografiadas ni filmadas.

Pero, en esta forma ignorante de sociedad, los talibanes también tienen restricciones que imponen a los hombres, claro no son tan duras como a las mujeres.

Que más les puedo decir… ¡Quememos las burkas!

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