martes, 6 de enero de 2009

¡No podría soportar esa pérdida!


Hoy vi a mi viejita favorita. Los martes es día de reunión en una residencia para ancianos. Pero la sorpresa fue que su brazo izquierdo estaba entablillado y sus dedos tenían un color morado, casi negro.
¿Pero que te paso Elo?, ¿Quién te pego?
Y con la sonrisa de siempre, me contestó:
Me caí… y me empezó a contar como había sucedido.

Es una ternura de mujer, tan frágil, tan dulce, tan vulnerable, tan inocentemente anciana, tan con ganas de comerla a besos, y convertirla en mi abuela o tal vez en mi madre.

Y mientras me contaba como había sucedido el accidente, pasaron dos señoras con una preciosa bebe como de uno o dos meses de nacida. Inmediatamente mi viejita se paro, con muchos trabajos, y se puso a acariciar a la bebe con una enorme sonrisa en su rostro. Para tener una cámara en ese momento y captar a esos dos polos vulnerables de la vida en comunicación.

Y al irse la bebe, me siguió contando que en su brazo le habían aparecido venas como explotadas de colores morados, verduzcos y rojizos, diciéndome que se veía muy feo. Y en la risa y la guasa, le dije:
Yo creo que no te caíste, se me hace que te estás convirtiendo en la mujer loba.
¡Hay como eres!, me dijo nuevamente sonriendo.
Como nos reímos de la vida a pesar de esos infortunios que la amenazan sin que ella se llegue a inmutar.

Seguimos adelante con el ejercicio en el Taller de Desarrollo Humano y cada quién tenían que escoger un objeto: uno, era un muñequito de la rosca de reyes y el otro un chocolate. A los que les toco el muñequito tenían que decir que iban a dar para este 2009 y a los que les toco el otro, tenían que decir que querían pedir para este año.

Fue emotivo las respuestas de cada uno, pero llego el turno de Elo. A ella le toco muñequito y dijo que seguiría dando esa sonrisa que tan bien le sale… y de pronto empezó a llorar y a decirnos que ojala Dios le diera la oportunidad de morirse primero que sus papás, porque si no, no podría soportar la perdida. Mis queridos lectores, Elo tiene 92 años…

Terminamos con un apretón de manos y un solidario apoyo a su tristeza, esa tristeza imaginada que sólo está en su mente, pero que también de vez en cuando, aparece en su corazón.

2 comentarios:

silvestre dijo...

Inmenso como ando en estos tejados, en la seguridad de que la realidad no sólo es la que los habitantes de la "normalidad" vemos; sino que por el contrario, hay otras, no me dí cuenta en una primera lectura de que matemática y biológicamente es casi imposible que tu amiga tuviera papás y entonces lo asumí como algo posible y causa sin duda de su tristeza: sus padres existen.
Pero asumiendo como posible lo realreal, no se vale decirle: "No, mira, saca cuentas y ve que es imposible que tengas padres vivos" A ella hay que acompañarle su tristeza con consejos de como tratar y cuidar a sus padres, de cómo hacerlos felices y ser feliz en ese trato.
¡Buen post Natus!

Gringa Vieja dijo...

Hace muchos años, trabajaba de voluntaria en un asilo para la gente homeless. Y estaba allí un hombre con esquizofrenia que hablaba muy animadamente acerca de sus amigos extraterrestes y cómo viajaban por el universo. No sabía qué decirle hasta que me dijo el sabio director del asilo: Anda, súbete a la nave espacial ~ si no, vas a perder el viaje.

No perdí el viaje. Con este hombre empecé a aprender el valor de entrar en la realidad de otra persona o, como dice Silvestre, acompañarle y apoyarle en el mundo que percibe.

Si llego a los 93 años, espero que alguien me acompañe como tú has hecho con tu querida Elo.