sábado, 3 de enero de 2009

Deseos para el 2009


De hecho, a cada quién nos va dependiendo de lo que pensemos de la vida. Me acuerdo de un cuento sobre esto, que dice:
Una vez salió un hombre de su pueblo en busca de un cambio. Llegó al pueblo vecino y se encontró con un anciano sentado en el pórtico de su casa.
Buenos días señor, lo saludo con amabilidad. Yo no soy de aquí y me gustaría saber cómo es la gente de este pueblo.
¿Y usted de dónde es?, le preguntó el anciano.
Yo soy del pueblo vecino de Zapotitlán el Alto
¿Y cómo son allá las gentes?
Pues son muy criticonas, no se ayudan entre sí y son muy envidiosas. Le contestó.
Pues acá, mi querido amigo, la gente es igual, le respondió el anciano.
Y el hombre partió desanimado con la respuesta.
Y continúa el cuento. Otro hombre, en busca también de un cambio salió de su pueblo y llegó con el mismo anciano sentado en el mismo pórtico de la casa.
Buenos días, buen hombre.
Estoy en busca de nuevos horizontes y quisiera saber cómo es la gente de este pueblo.
¿Y usted de dónde es?, le preguntó el anciano.
Soy vecino del pueblo de Tepozcaltepec
¿Y cómo son las gentes allá?
Son muy amables y serviciales. Hay una camaradería muy bonita y son buenos vecinos, le contestó.
Pues acá, mi querido amigo, la gente es igual. Y el hombre se quedo complacido con la respuesta del anciano.
Cómo todo depende del cristal con que se miran las cosas.

¿Cómo vemos el 2009?
Los “expertos” dicen que son tiempos difíciles y el pronóstico no es muy halagüeño. Se avecina una depresión mundial. El Neoliberalismo apunta aspectos que amenazan la subsistencia del proletariado o mejor dicho, todos los que estamos abajo del sistema macroeconómico (los excluyentes). El libre mercado capitalista y la globalización les dan entrada a los chinos con sus figuras de plástico de la Virgen de Guadalupe y del Santo Niño de Atocha. Se pelea por el registro de la marca de la Santa Patrona. Los grandes inversionistas acaparan los mercados financieros y juegan a quebrar las bolsas del mundo. Los bancos, apoyados por los gobiernos, juegan con usura la parte “que les corresponde” en el turista de la vida.

Esto quiere decir: Que no habrá mucho dinero. Que los despidos estarán a la orden del día y que buscar empleo será como buscar una aguja en un pajar (aunque el Presidente Calderón haya prometido el sexenio del empleo). En fin, el panorama exige un cambio. Pero… ¿Un cambio en qué, o de qué?
Un cambio de actitud. Un cambio de mirar la vida con positivismo y con realismo. No basta sólo con desear las cosas e ir a pedir favores y bendiciones al templo, a la Virgen Morena, a Santa Claus, a los Reyes Magos, o a quién sea Santo de nuestra devoción. La cuestión no es pedir, sólo los niños piden. El punto es: ¿Qué puedo hacer yo, hoy? ¿Qué puedo dar, para mejorar?

Basta de comportarnos como deficientes mentales, en espera de la llegada del Mesías. En espera de que ahora sí, Obama cambiará el mundo. En espera de que algo externo nos señale el rumbo. No es cuestión sólo de esperar a que un “milagro” mejore y cambie las cosas. Hay que hacer. Moverse, despertar de nuestro letargo adolescente. Hay que buscar en el sitio correcto las respuestas. Y ese sitio está en nosotros. Dentro de nosotros. Es un recurso propio, es algo que si revisamos, está en nuestro inventario. Pero, es más cómodo, depender. Esperar a que Papá Gobierno nos de, a que Papá Dios nos otorgue.

Nos da miedo intentarlo. Nos da flojera pensar. A veces no somos capaces de empezar a caminar nuestro propio y personal viaje. Hemos sido responsables y protagonistas de la realidad actual. Somos responsables del calentamiento global, de los secuestros, del tráfico urbano, del aumento en el consumo de drogas de nuestros jóvenes, de la enajenación mental de nuestros adolescentes con los videojuegos (…Santa me ha traído esta navidad, el juego de moda que todos mis amigos de la escuela ya tienen, “el guara guara”, o como se llame (que importa el nombre), con el puedo pasarme muchas horas matando a cuanto “pendejo” se me atraviese. Pero como quiero a mis hijos… (Ni siquiera puedo visualizar el daño que les hace esta violencia cibernética), todo sea por “estar a la moda”, no vaya ser que se traumen.

Hemos elegido con libertad limitada nuestro destino.

Pero, ¿Cómo podemos ver el 2009?

Cada quién lo ve, como quiera verlo. Ya no importa tanto la realidad, sino como cada quién la percibe. Unos ven un año difícil, otros fatal, unos pocos lo pueden mirar como una nueva oportunidad de cambio.

En fin, mis queridos lectores imaginarios sólo me resta desearles un año 2009 lleno de… lo que ustedes quieran, porque sólo ustedes, y nada más ustedes, lo podrán hacer a su manera.

Manda este correo a 10 personas más, porque si no, no se podrán cumplir tus anhelos de año nuevo. Sigue creyendo en Televisa, en TV Azteca, en el América, en que ahora sí el PRI va a regresar, en que sólo los colegios católicos tienen la salvación de dios, en… lo que tu quieras.
Feliz año 2009

3 comentarios:

Gringa Vieja dijo...

Ah, más fácil ser víctima que asumir la responsabilidad de cambiar nuestras propias vidas. Tu excelente reflexión me recordó las siguientes palabras de Marianne Williamson, rapidamente traducidas al español ~ las referencias a Dios se pueden tomar literalmente o metafóricamente, según las preferencias de tus lectores imaginarios:

Nuestro miedo más profundo no es que seamos insuficientes. Nuestro miedo más profundo es que seamos poderosos sin medida. Es nuestra luz, no nuestra oscuridad, lo que más nos asusta. Nos preguntamos: ¿Quien soy yo para ser brillante, bello, talentoso, y fabuloso? De hecho, ¿quien eres para no serlo? Tú eres un hijo de Dios. El que te consideres menos no ayuda al mundo. No hay nada brillante en empequeñerse, con tal de que otros no sientan inseguridad a tu lado. Todos estamos destinados a brillar, así como lo hacen los niños. Nacimos para manifestar la gloria de Dios dentro de nosotros. No se encuentra solamente en algunos: está dentro de todos. Y cuando dejamos que nuestra propia luz brille, inonscientemente damos permiso a los demás a que hagan lo mismo. Mientras nos vamos liberando de nuestro propio miedo, nuestra presencia automáticamente libera a otros.

...pero sigo creyendo que Obama es El Salvador jajaja

¡Saludos de Año Nuevo, Matus!

El mecartistrónico dijo...

Estoy totalmente de acuerdo con tus palabras y con las de la Gringa. Y las cosas que me pasaron este año sólo lo refuerzan.

Mucha gente en este mundo (cada vez más) se la pasa quejándose de lo mal que están "las cosas". Dependiendo de la perspectiva de cada quien, unos dirán que así inconscientemente sólo se fijan en las cosas malas y ni se dan cuenta de las cosas buenas; otros dirán que, en efecto, eso sólo ocasiona que les pasen más cosas malas. Como dice la Gringa que dice Marianne, cada quien tiene el poder de hacer lo que quiera...

Ya estoy harto de oír decir a la gente que "este año va a estar del cocol", que si la crisis, etc, etc, etc. Es momento de ser optimistas, de buscar las oportunidades, de hacer que las cosas buenas pasen.

Un abrazo.

Miguel Matus dijo...

Gracias Gringa Vieja y Jvr, por sus comentarios. Hay dos realidades en la vida: Los lectores imaginarios que no sabemos quienes son, ni como piensan, es como si estuvieran en la sombra, en la oscuridad, en la nada. Y los otros, los que hacen comentarios y se hacen presentes, gracias por ser de los últimos.