Hay arcanos insondables que nos dejan más que pensativos, recelosos. Pero que decir, si los vemos aparecer claros y directos. Uno de ellos son los Números, o más bien la Numerología. Cómo a través de ellos podemos descubrir nuestro interior y corregir la forma ineficaz de nuestro actuar.
La Numerología es la ciencia de descubrir información sobre la vida a través de los números. Pitágoras en el siglo VI a.C. creó el Sistema Numérico que lleva su nombre. Se dio cuenta de que los números son el cimiento del universo. Estudió en Egipto más de veinte años y desarrollo sus teorías matemáticas. Él afirmó que la realidad es de naturaleza matemática. El universo fue creado a partir de una energía vibrante, decía él, y que las características de esta energía se podían comprender a través de los números: cada uno vibraba de una determinada manera, y, en su núcleo, toda materia está constituida por esta energía numerológica vibrante.
Pitágoras dijo que cada número tenía un atributo que le era exclusivo, todo lo que se necesitaba para comprender las cualidades de una persona, un lugar o un objeto sería saber qué números constituían esa energía vibrante. Pensaba que la vibración en el momento exacto del nacimiento influye tanto en el carácter de una persona como en su destino en la vida. Su objetivo era demostrar que los números tienen el poder de llevar todos los aspectos de la vida a la unidad y la armonía.
La Numerología no depende de la habilidad psíquica ni es cosa de clarividentes. A través de los números podemos vislumbrar quiénes somos y cómo podemos mejorar nuestras vidas. Cada número tiene una energía positiva y otra negativa asociada con él.
La carta numerológica de cada persona es un mapa de quién es realmente. Describen tu esencia: cómo te comportas en determinadas situaciones, cuáles son tus virtudes y tus defectos, qué obstáculos debes superar para lograr la felicidad, y cómo puedes mejorar tu calidad de vida.
Hablemos de otro arcano interesante y deslumbrante: El Oráculo Chino – El I Ching – Los orígenes del I Ching han de buscarse en un ambiente suspendido entre la historia y la leyenda. El I Ching en la dinastía Chou adquirió la connotación de “oráculo”, “la palabra que vive” (calendarios chinos que contenían noticias astronómicas, meteorológicas y religiosas).
Nos ayuda a penetrar en nosotros mismos para buscar nuestra dirección, es decir para conocer las líneas esenciales de nuestro destino. El oráculo no decide por nosotros, define la situación en sus aspectos esenciales y propone ciertas alternativas.
Quién consulta el I Ching sintoniza con los ritmos universales, penetra en su latido misterioso y llega a conocer la sabiduría que regula todas las formas de vida existentes en la Tierra. Se trata de un diálogo que sugiere una cierta manera de comportarse, advierte de un peligro, infunde esperanza o propone guías. La consulta es, ante todo, un medio para leer el orden del Universo y, al mismo tiempo, poner orden en nuestro interior.
Estas son sólo dos ejemplos, de entre muchos más, que nos unen a fuerzas desconocidas. Como es arriba, es abajo.
La Numerología es la ciencia de descubrir información sobre la vida a través de los números. Pitágoras en el siglo VI a.C. creó el Sistema Numérico que lleva su nombre. Se dio cuenta de que los números son el cimiento del universo. Estudió en Egipto más de veinte años y desarrollo sus teorías matemáticas. Él afirmó que la realidad es de naturaleza matemática. El universo fue creado a partir de una energía vibrante, decía él, y que las características de esta energía se podían comprender a través de los números: cada uno vibraba de una determinada manera, y, en su núcleo, toda materia está constituida por esta energía numerológica vibrante.
Pitágoras dijo que cada número tenía un atributo que le era exclusivo, todo lo que se necesitaba para comprender las cualidades de una persona, un lugar o un objeto sería saber qué números constituían esa energía vibrante. Pensaba que la vibración en el momento exacto del nacimiento influye tanto en el carácter de una persona como en su destino en la vida. Su objetivo era demostrar que los números tienen el poder de llevar todos los aspectos de la vida a la unidad y la armonía.
La Numerología no depende de la habilidad psíquica ni es cosa de clarividentes. A través de los números podemos vislumbrar quiénes somos y cómo podemos mejorar nuestras vidas. Cada número tiene una energía positiva y otra negativa asociada con él.
La carta numerológica de cada persona es un mapa de quién es realmente. Describen tu esencia: cómo te comportas en determinadas situaciones, cuáles son tus virtudes y tus defectos, qué obstáculos debes superar para lograr la felicidad, y cómo puedes mejorar tu calidad de vida.
Hablemos de otro arcano interesante y deslumbrante: El Oráculo Chino – El I Ching – Los orígenes del I Ching han de buscarse en un ambiente suspendido entre la historia y la leyenda. El I Ching en la dinastía Chou adquirió la connotación de “oráculo”, “la palabra que vive” (calendarios chinos que contenían noticias astronómicas, meteorológicas y religiosas).
Nos ayuda a penetrar en nosotros mismos para buscar nuestra dirección, es decir para conocer las líneas esenciales de nuestro destino. El oráculo no decide por nosotros, define la situación en sus aspectos esenciales y propone ciertas alternativas.
Quién consulta el I Ching sintoniza con los ritmos universales, penetra en su latido misterioso y llega a conocer la sabiduría que regula todas las formas de vida existentes en la Tierra. Se trata de un diálogo que sugiere una cierta manera de comportarse, advierte de un peligro, infunde esperanza o propone guías. La consulta es, ante todo, un medio para leer el orden del Universo y, al mismo tiempo, poner orden en nuestro interior.
Estas son sólo dos ejemplos, de entre muchos más, que nos unen a fuerzas desconocidas. Como es arriba, es abajo.
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