viernes, 11 de junio de 2010

México a punto de perder por 10 cms.


A mí acostumbrado perfil blogero, ahora le hago un giro de 180º y les platico, no precisamente de Fútbol (que no se mucho, digo casi nada), sino del resultado del partido: México contra Sudáfrica.

Cuáles eran los pronósticos más escuchados acerca del resultado: México va a ganar 3 – 0, ganará 2 – 1, es más, la opinión especializada decía que México era el favorito y tenía muchas posibilidades de ganar. En resumen, la mayoría dijo que México ganaría.

Y cual fue el resultado, no sólo los números dijeron que fue un empate a uno, sino que México estuvo a punto de perder por escasos 10 cms. Recordarán, una rápida descolgada de los sudafricanos casi a punto de terminar el partido, si no mal recuerdo fue Katlego Mphela contra dos defensas y ¡zas!, la pelota pegó en el poste de la portería.

Imagínense si “hubiera” entrado el gol. Muchos mexicanos se hubieran cortado las venas, o mínimo tirarían el Ángel de la Independencia. Precisamente de eso quiero escribir, de la “Pasión desbordada” de los mexicanos, y del término “hubiera” tal utilizado en estos casos.

Que curioso, como con el Fútbol, se rebasa la pasión de los mexicanos por lograr un sueño efímero, como cantaba Chava Flores en su inolvidable: “A qué le tiras cuando sueñas mexicano”. No quiere decir que los mexicanos no podamos ganar, sino que muchas veces no sabemos como hacerlo. Creemos que sólo con “fe”, o con “magia”, se logran buenos resultados. No señores, ¡hay que trabajar!

Pero, ¿ganar qué?, ¿qué gana cada mexicano con un triunfo futbolero? ¿Qué acaso le toca un porcentaje de las ganancias del comité organizador, le van a condonar impuestos, le van a dar pases para ir a ver a Paquita la del Barrio? Chance ganan una lana los que apostaron. Ganamos el “orgullo de pertenecer” a los triunfadores, porque en nuestro subconsciente somos un pueblo perdedor, (perdimos contra los conquistadores españoles y de ahí nació una nueva raza acomplejada. Hemos perdido a lo largo de nuestra historia contra la superioridad de los gringos que nos arrebataron territorio, petróleo, y muchas cosas más). Claro que aquí la palabra pertenencia tiene un significado profundo. Nos cobija de la orfandad y la ignorancia, y como el avestruz, metemos la cabeza en el hoyo para no ver nuestra realidad y responsabilidad.

Como mexicanos no hemos hecho nada por terminar con las muertes de mujeres en Juárez, no protestamos masivamente por los resultados de impunidad, que desde hace un año, no se ha hecho justicia con lo del incendio en la guardería ABC, también el caso de la niña Paulette es patético y kafkiano, lo del padre Maciel es…demoníaco, aunque Benedicto XVI pida perdón, y así podría seguirme con muchos asuntos que el gobierno actual y los mexicanos no hemos podido resolver.

Entonces, ¿Qué onda? Creo que sólo somos buenos para el “desmadre”, pues ¡Arriba el fútbol! , ¡Arriba México!, ¡Cachún, cachún, ra ra!...¡Bafana Bafana, préstame a tu hermana!

Por otro lado los términos “ganar” y “perder” tienen una connotación muy subjetiva. Cuando se gana, decimos: “Ganamos” y cuando se pierde, decimos: “Perdieron”. Siempre buscamos culpables cuando algo no sale bien… Pinche Aguirre hubiera metido desde el primer tiempo a Cuauhtémoc Blanco y hubiéramos ganado. Si Blanco hubiera sido Negro, pues se confunde con los negritos y les hubiéramos metido más goles, chale…

Por hoy es todo, y ha seguir viendo el mundial.

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