Acabo de ver por segunda o tercera vez una película…, no encuentro las palabras que la puedan describir o por lo menos introducirme al contenido de la emoción que me deja siempre esta película.
Empezaré con el titulo, que de entrada en inglés “Shine” quiere decir brillar, y en español “Claroscuro” significa contraste de luces y sombras. Me quedo más a la sensación que me deja, con el título en español.
Dos temas se juntan y producen un resultado en donde la emoción queda atrapada en la locura. La influencia de un padre exageradamente castrante que la guerra le ha quitado violentamente a su familia de origen, y ahora con la suya que no quiere perder, la aprisiona tanto, que termina en la soledad de su neurosis. La música es su fuga y con ella atrapa a sus hijos, especialmente al primogénito y único hijo varón: David.
Esta parte de la influencia paterna podría ser la sombra y la otra, la luz, será la genialidad y el talento de David. Al juntarse ambas se produce esa locura que deja aniquilada a la razón convirtiéndola en notas, en compases, en música, terminando con el concierto para piano en re menor Op. 30 No.3 de Rachmaninov.
Es una historia real que le paso al músico prodigio: David Helfgott , magistralmente interpretado por Geoffrey Rush ganador por ello de un Oscar al mejor actor en 1996.
En su juventud, David se puede independizar del dominio despótico de su padre y se va a Londres para proseguir libre y profesionalmente sus estudios musicales, aunque la sombra de culpa por su atrevimiento, lo perseguirá toda su vida, desapareciendo sólo, hasta la muerte de su padre.
Vive con y en la música, lo demás, no existe. Sólo el amor y la comprensión de una mujer (Lynn Redgrave) logran reintegrarlo a la sociedad para compartir su don con el mundo.
Como ustedes verán, la música de la película es extraordinaria, llena de fuerza y dominio y podríamos decir que también Rachmaninov fue, como normalmente se da con los genios, un creativo intenso. No se la pierdan y para los que tengan hijos genios, no traten de realizar sus sueños frustrados en ellos.
Bon Appetit cinéfilo
Empezaré con el titulo, que de entrada en inglés “Shine” quiere decir brillar, y en español “Claroscuro” significa contraste de luces y sombras. Me quedo más a la sensación que me deja, con el título en español.
Dos temas se juntan y producen un resultado en donde la emoción queda atrapada en la locura. La influencia de un padre exageradamente castrante que la guerra le ha quitado violentamente a su familia de origen, y ahora con la suya que no quiere perder, la aprisiona tanto, que termina en la soledad de su neurosis. La música es su fuga y con ella atrapa a sus hijos, especialmente al primogénito y único hijo varón: David.
Esta parte de la influencia paterna podría ser la sombra y la otra, la luz, será la genialidad y el talento de David. Al juntarse ambas se produce esa locura que deja aniquilada a la razón convirtiéndola en notas, en compases, en música, terminando con el concierto para piano en re menor Op. 30 No.3 de Rachmaninov.
Es una historia real que le paso al músico prodigio: David Helfgott , magistralmente interpretado por Geoffrey Rush ganador por ello de un Oscar al mejor actor en 1996.
En su juventud, David se puede independizar del dominio despótico de su padre y se va a Londres para proseguir libre y profesionalmente sus estudios musicales, aunque la sombra de culpa por su atrevimiento, lo perseguirá toda su vida, desapareciendo sólo, hasta la muerte de su padre.
Vive con y en la música, lo demás, no existe. Sólo el amor y la comprensión de una mujer (Lynn Redgrave) logran reintegrarlo a la sociedad para compartir su don con el mundo.
Como ustedes verán, la música de la película es extraordinaria, llena de fuerza y dominio y podríamos decir que también Rachmaninov fue, como normalmente se da con los genios, un creativo intenso. No se la pierdan y para los que tengan hijos genios, no traten de realizar sus sueños frustrados en ellos.
Bon Appetit cinéfilo