miércoles, 17 de febrero de 2010

"EL CLUB DE LOS ABUELOS"


Hay muchos tipos de espacios en donde las personas se reúnen con fines diversos. Que el Club de los Solteros, que los clubes deportivos, que los de la Tercera Edad, que los clubes nocturnos, y muchísimos más.


Pero por qué pensar en un club para abuelos. ¿Se acuerdan del Club de Tobi? Niños que se reunían en un lugar especialmente hecho por y para ellos, para platicar de sus cosas, organizar travesuras, sentirse parte de un grupo, en donde estaba prohibido la entrada de las niñas. Pues ahora imagínense que este grupo de niños integrarán a su club a sus abuelos. ¿Sería posible?


Definitivamente Si. Los abuelos pueden pasar a ser los mejores amigos de sus nietos, cosa que sus padres no podrán serlo, quizá sólo hasta cuando crezcan y se independicen de la figura de autoridad.


Claro que esta amistad entre nietos y abuelos no se da por "arte de magia", se gana. Los abuelos se ganan ese cariño. Muchas personas ni se imaginan de lo que estoy "hablando" porque no son abuelos. Una vez di una conferencia que intitule: "El Mundo Mágico de los Abuelos" en donde se vió que una de las maravillas que nos pasan en la vida, a determinada edad, es la posibilidad de ser abuelos.


Todo lo resume esta frase:

"Si hubiera sabido lo maravilloso que es tener nietos, los habría tenido primero"

Acuérdense que pasamos por algunas crisis en nuestra vida: La Crisis en la Adolescencia, la del "Nido Vacío" cuando los hijos se van y la pareja queda sola, que la Crisis por Jubilación, que la Crisis Existencial, etc.


Pero hay un momento en que pareciera que estamos de más, que ya no tenemos cabida en un mundo de jóvenes, que los "rucos" no servimos para nada, que ya terminamos lo que teníamos que hacer y un sin fin de tonterías más.

... Y pasando por esta crisis, de pronto... llegan los nietos con un enorme potencial para volver a sentirnos queridos, útiles, divertidos, necesitados.


Normalmente esta posibilidad de ser "buenos" abuelos se da cuando nosotros los tuvimos. Aprendimos el camino y ahora nos toca hacer el papel de ellos. Y no siempre sucede que queramos por igual a nuestros cuatro abuelos; yo recuerdo con mucho cariño a mis abuelos maternos y a mi abuelo paterno no lo conocí, pero por lo que me cuentan hubiera sido padre conocerlo.


Ahora tengo dos increíbles nietos y estoy embarazado de mi tercero. Sí, leyeron bien, desde que supe que iba a ser, ya lo estoy "saboreando" de hecho ya le escribí una carta, su primera carta.


Pero regresando al Club de los Abuelos, el martes pasado volví a dar una plática intitulada "Mis Abuelos, mis mejores amigos", y uno de los asistentes nos comentó: Hoy tenía un compromiso muy importante de trabajo, pero mi nieto me recordó lo de la plática en su escuela y me puso una "carita" que no me pude negar y cambie mi compromiso "importante" para otro día.


Son dos cosas que se juntan importantes para los niños: sus actividades escolares y sus abuelos. Los mejores promotores del evento fueron los niños: "Oye abuelo (a) el martes va a ver una plática para ustedes, no puedes faltar". La sorpresa de la reunión fue lo de la creación del Club de los Abuelos, que les encantó la idea. En este club, a comparación del de Tobi, aquí sí se van a invitar a los papás y por supuesto serán bienvenidos los nietos.


Estoy muy emocionado con la idea porque es un proyecto muy creativo, ya les iré contando lo que pase. Por hoy es todo, pásenla bien.

martes, 9 de febrero de 2010

Y al mirarte me miro sintiendo...


Pretendo hacerte el amor toda la noche,

fijando mis ojos en tus pupilas ardientes,

hasta que mi mirada termine mirándome,

y la luna agotada se acerque entre los dos.


Quiero besarte despacio reconociendo tu cuerpo.

Recorriendo con mi lengua tu piel.

Erizando con mis dedos tus emociones dormidas

hasta encontrar en tu boca mil besos.


Y volver a empezar este recorrido una y mil veces,

siempre terminando en ella, siempre con ella empezando.

Tocarte suavemente y a veces atreverme a hacerlo no tan

suave, para que sientas intensamente mi suavidad.


Abrazar tu cuerpo desnudo con tal fuerza,

como si quisiera fundirlo en el mío.

Con mi boca, chupar el lóbulo de tu oreja hasta hacerla

enrojecer, y ahí, aprovechando la cercanía, poder decirte

cosas que eroticen tu oído.


Y sentir el intenso calor de mi piel junto a la tuya.

Dejar que tus pechos suaves rocen mi corazón, y de vez en vez,

chupar tus pezones erectos, jugueteando con mi lengua en su dureza.


Y ser irreverente con tu intimidad,

introduciendo suaves toques que busquen tu firmeza,

hasta escuchar los gemidos orgásmicos

en esa noche que es nuestra.


Saborear la desnudez con el sentir de nuestras manos traviesas,

empezando por tus pìes y subiendo dócilmente por esas piernas suaves y tersas

hasta llegar a tus nalgas,

intermedio para hurgar su sensualidad.


Recorrer tu larga espalda con pases profundos y firmes,

acompañado de besos y caricias, haciéndola participe

del agasajo sensorial.


Y buscar no terminar nunca, alargando el placer con un

erótico preludio.

y ya, finalmente en la noche,

quedarse abrazados con la luna