martes, 9 de febrero de 2010

Y al mirarte me miro sintiendo...


Pretendo hacerte el amor toda la noche,

fijando mis ojos en tus pupilas ardientes,

hasta que mi mirada termine mirándome,

y la luna agotada se acerque entre los dos.


Quiero besarte despacio reconociendo tu cuerpo.

Recorriendo con mi lengua tu piel.

Erizando con mis dedos tus emociones dormidas

hasta encontrar en tu boca mil besos.


Y volver a empezar este recorrido una y mil veces,

siempre terminando en ella, siempre con ella empezando.

Tocarte suavemente y a veces atreverme a hacerlo no tan

suave, para que sientas intensamente mi suavidad.


Abrazar tu cuerpo desnudo con tal fuerza,

como si quisiera fundirlo en el mío.

Con mi boca, chupar el lóbulo de tu oreja hasta hacerla

enrojecer, y ahí, aprovechando la cercanía, poder decirte

cosas que eroticen tu oído.


Y sentir el intenso calor de mi piel junto a la tuya.

Dejar que tus pechos suaves rocen mi corazón, y de vez en vez,

chupar tus pezones erectos, jugueteando con mi lengua en su dureza.


Y ser irreverente con tu intimidad,

introduciendo suaves toques que busquen tu firmeza,

hasta escuchar los gemidos orgásmicos

en esa noche que es nuestra.


Saborear la desnudez con el sentir de nuestras manos traviesas,

empezando por tus pìes y subiendo dócilmente por esas piernas suaves y tersas

hasta llegar a tus nalgas,

intermedio para hurgar su sensualidad.


Recorrer tu larga espalda con pases profundos y firmes,

acompañado de besos y caricias, haciéndola participe

del agasajo sensorial.


Y buscar no terminar nunca, alargando el placer con un

erótico preludio.

y ya, finalmente en la noche,

quedarse abrazados con la luna

1 comentario:

Posay dijo...

"Es un poema hermoso, cualquier mujer se siente halagada de ser la inspiración de dicha proeza"