lunes, 22 de marzo de 2010

Alicia en el pais de las maravillas



Hace un rato que no escribo un post porque mi musa se encontraba lejos de la actividad creadora, o mejor dicho, en la total flojera escribana. No sólo esa flojera mental, sino una inactividad vivencial que contar.

Pero pensándolo bien, no se necesita contar necesariamente una vivencia, podría ser un cuento, hacer trabajar mi imaginación para inventar una historia. Y hablando de historias, el otro día fui a ver la película de “Alicia en el País de las Maravillas” de Tim Burton, me pareció sensacional, mágica, entretenida, con unos extraordinarios efectos especiales y verla en 3D es transportarse con Alicia a su viaje.

Cuando vi la versión original de Lewis Carroll realizada por Walt Disney en 1951, no recuerdo que edad tenía, y haciendo una comparación con la de Tim Burton, me pareció la primera una “fumada”. Tal vez haya sido la edad, la que determinó el interés por esta última.

El multifacético Johnny Depp que sale de Sombrerero Loco está estupendo, así como la Oruga Azul, el Gato Cheshire, el Conejo Blanco, las reinas Roja y blanca, el Sabueso que parece de verdad, la flora ambientada con flores con rostro, las patas de los muebles son animales esclavos, en fin, una ambientación extraordinaria. No sé porque, pero los que no me gustaron mucho fueron los “soldados naipes” en esta versión

En estos tiempos de múltiples crisis, creo sano salirse un poco de la “realidad” y viajar con la imaginación a mundos como el de Alicia, sobre todo cuando a veces vemos que parte de esta realidad contemporánea apesta, y no estoy hablando de esconder la cabeza como un avestruz.

Ya sé lo que pensaron, que negativismo, pero simplemente observen:
Las noticias en la TV y en los diarios, el conteo de muertos en la guerra contra el narcotráfico, la creciente drogadicción en los jóvenes, el bajo nivel de nuestro sistema educativo en México, (claro no se podía esperar más con una kafkiana lideresa como nuestra ilustre “Maestra” Elba Esther Gordillo que no sabe ni leer), los altos ratings de los reality shows, las telenovelas de TV Azteca y Televisa, la eterna crisis económica y el desempleo, las guerras actuales en diferentes partes del mundo, los partidos políticos en busca de poder, la impunidad de los funcionarios públicos, las muertes de Juárez, algunos altos líderes pederastas de la Iglesia Católica, la discriminación general - que por ser negros o prietos, que por ser feos, que por ser gordos, que por ser gays -, y podría seguirme muchos párrafos más, pero con esto basta.

Claro que no todo es así, tal vez sólo un muy alto porcentaje, pero lo que resta lo podemos disfrutar: Un “tequiero” cercano, un atardecer frente al mar, el nacimiento de un nuevo nieto o quizás de un hijo. El arte en sus diferentes representaciones como el Réquiem de Mozart, lo barroco de Bach y Handel, la maestría de Beethoven. La poesía de Sabines y su búsqueda de Dios… (Nunca lo he encontrado, el día en que lo encuentre me quedaré callado), la triste vida de la Tía Chofi y otras. La blanca Comala en Pedro Páramo de Juan Rulfo. El mundo de la cinemanía con obras como: Cinema Paradiso de Giuseppe Tornatore, la imaginación de Roberto Benigni en la Vida es Bella, la poesía japonesa en Las Flores del Cerezo de Doris Dorrie y los Violines en el Cielo de Yojiro Takita, la voz sobrecogedora del pequeño Jean Baptiste Maunier en Los Corista de Christophe Barratier y su otra extraordinaria película de Paris 36 , el guión de Tom Schulman en La Sociedad de los Poetas Muertos, la actuación sobresaliente de Peter O’toole desafiando a la muerte en Venus, una de las últimas de Lee Daniels con la novata actuación de Gabourey Sidibe en “Precious”. Podríamos mencionar tal vez cientos de excelentes películas, pero también está el arte en la escultura y la pintura de artistas como Miguel Ángel Buonarroti con “La Piedad”, “El David”, “La Madonna de Brujas”, “El Moisés” así como la pintura de la Capilla Sixtina. Otros grandes como Van Gogh, Rembrandt, Botticelli, Leonardo y muchos más.

Como ven, el arte ennoblece el espíritu y nos hace sentir más humanos. Otra forma de integrarnos al cosmos, es aprender de la naturaleza, observar su ritmo y belleza.

Creo necesario despegarnos de la televisión y salir a buscar lo que realmente somos.

Por hoy es cuanto.

4 comentarios:

Aida La Distraida dijo...

Mucha sabiduria, primo, mucha sabiduria! Saludos

silvestre dijo...

Qué bueno que comentas esto de la película, alguien me había dicho que no estaba buena. Iré a verla.
Como que ver cine, y sobre todo, ver buen cine se va haciendo un vicio más intenso mientras más sabemos de él.
Una vez una "alumna" que casi raya en el retraso mental me preguntó: ¿a ti te gusta el cine? Por un segundo supuse que podíamos hablar, pero volví a la realidad cuando me dijo: yo ya vi batman.

Miguel Matus dijo...

Aida - Hola prima que bueno leerte por acá, saludos.

Silvestre - Efectivamente el cine es una de las más completas bellas artes.Soy, como bien dices sobre el buen cine, cinéfilo de corazón.
De hecho ha veces me resisto a ver cine de temas magicos como Avatar o Harry Potter, pero esta de Alicia si me gusto mucho. Saludos

silvestre dijo...

Bueno, Avatar, de la que he oido pésimas opiniones. No es ni buena ni mala; es, como diría el Ninja: ¡meh! Pero sí plantea con una carga ideológica fuerte (por eso está prohibida en China) la posibilidad que los pueblos invadidos y sujetos a explotación por la potencia (en este caso, los humanos van a explotar las minas de un planeta lejano y pasan por sobre los "primitivos" y "despreciables" habitantes) se reveln y ganen la batalla.

Estos se revelan y con arcos y flechas le ganan la batalla a la tecnología. Como si Irak o Afganistán pudiera sacar a los invasores gringos. O el Tibet a los Chinos. No plantea nada nuevo y la gente que va al cine, para variar es idiota y cree que es una película para niños. No hy nada que hacer con la gente, ni modo.